Francois Brunelle estudia los rostros humanos desde que tenía 18 años. “Me fascina encontrar dobles a las personas”, admitió al portal británico Daily Mail.
El fotógrafo canadiense enfrenta un ambicioso proyecto que busca parejas de personas que parecieran ser gemelos pero en verdad no tienen ningún tipo de parentesco sanguíneo.
Brunelle sostiene que “el hecho de que dos personas sin relación alguna entre sí y a veces nacidos en distintos países comparten el mismo aspecto físico” es el motor de su obra.
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